En el mundo de la Fórmula 1, pocos nombres generan tanto respeto y controversia como Helmut Marko. Con 81 años, sigue siendo una de las figuras más influyentes del automovilismo, moviendo los hilos en Red Bull y su programa de jóvenes talentos. Pero, ¿qué lo convierte en una pieza clave dentro de la estructura del equipo y por qué su influencia sigue intacta?
Para entender su poder, hay que remontarse a su amistad con Jochen Rindt, el único campeón póstumo de la F1. “Conducíamos toda la noche, aparcábamos en el bosque y dormíamos en el coche”, recuerda Marko sobre sus primeros años de pasión por el automovilismo. Inspirado por Rindt, Marko logró una carrera destacada en resistencia, ganando Las 24 Horas de Le Mans en 1971, hasta que un accidente en el GP de Francia de 1972 lo dejó ciego de un ojo y terminó su etapa como piloto.
Lejos de alejarse del automovilismo, Marko encontró su camino como asesor y cazatalentos. En los años 90, se unió a Dietrich Mateschitz, fundador de Red Bull, con la visión de transformar la marca en un gigante del deporte motor. Así nació el Red Bull Junior Team, una academia que ha lanzado las carreras de pilotos como Sebastian Vettel, Daniel Ricciardo, Carlos Sainz y Pierre Gasly.
El programa de Red Bull se convirtió en sinónimo de oportunidades… y de presión extrema. Bajo la filosofía de Marko de “nadar o hundirse”, los jóvenes talentos deben demostrar su valía rápidamente o quedan fuera. Un claro ejemplo es Max Verstappen, quien, sin haber pasado por el equipo junior, fue fichado a los 17 años y promovido a Red Bull en 2016 tras solo una temporada en Toro Rosso.
La influencia de Marko se hizo aún más evidente tras la muerte de Mateschitz en 2022, cuando una lucha de poder dentro del equipo puso en riesgo la estabilidad de Red Bull. Verstappen dejó claro que su permanencia dependía directamente de Marko, reforzando su importancia en la estructura del equipo.
Sin embargo, la toma de decisiones de Red Bull con sus pilotos ha sido cada vez más cuestionada. Casos como los de Pierre Gasly, Alex Albon y Sergio Pérez evidencian la dificultad de encontrar un compañero ideal para Verstappen. Recientemente, la gestión de Liam Lawson y Yuki Tsunoda ha generado dudas sobre la estrategia del equipo.
“Con el tiempo llegará, pero simplemente no tengo tiempo”, dijo Lawson tras un mal resultado en el GP de China. Marko fue contundente en su respuesta: “Tiene razón. Fue decepcionante, y tenemos que analizarlo todo. Todo depende del rendimiento, y él no cumplió”.
Mientras Tsunoda aprovecha su gran oportunidad en Red Bull, Marko ya busca a la próxima estrella. La historia se repite: solo los más fuertes sobrevivirán en su despiadado sistema.
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