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Hoy te traemos todo sobre uno de los debates más encendidos en la Fórmula 1: el futuro del circuito de Miami. A pesar de su glamour, fiestas y alta expectativa desde su debut en 2022, el Autódromo Internacional de Miami no ha logrado conquistar del todo a pilotos y aficionados.
Lewis Hamilton fue tajante sobre su opinión del trazado: “Probablemente esté al final de mi lista de circuitos preferidos”, dijo sin titubeos y con un gesto que dejó claro que no daría más explicaciones.
Incluso cuando se le presionó para hablar del evento en sí, su respuesta fue igual de fría: “Lo mismo”.
Desde su primera edición, el circuito temporal alrededor del Hard Rock Stadium ha recibido críticas, especialmente por su trazado complicado y la superficie, que en su debut necesitó parches urgentes. Aunque los organizadores han trabajado en mejorar la logística y el asfalto, algunos sectores siguen siendo problemáticos para los pilotos.
Mientras la zona inicial del circuito, que bordea el estadio y termina en las curvas 6-7-8, recibe elogios —“Bastante genial”, como lo describió Esteban Ocon—, otras partes como la sección entre las curvas 13 y 16 continúan generando descontento. Pierre Gasly también alabó el primer sector diciendo que “realmente puedes ir al límite en términos de líneas y uso de los bordillos”, lo que muestra que no todo es negativo.
Sin embargo, no todo el trazado tiene esa fluidez. Fernando Alonso fue claro respecto a la parte más lenta del circuito: “Creo que la parte de la pista que va de la curva 12 a la 15 probablemente no está hecha para estos coches de Fórmula 1”, agregando que en esa zona “simplemente intentas sobrevivir”.
La complicada geografía del entorno —con rampas de autopistas y espacio limitado— obliga a soluciones como la intrincada chicana, que aunque criticada, busca generar errores y oportunidades en carrera. Según Alex Albon, el trazado sigue siendo “una pista incómoda con curvas incómodas”.
¿Qué cambios podría tener Miami?
Uno de los mayores problemas en las tres ediciones ha sido el calor extremo, que afecta el rendimiento de los neumáticos. Pilotos como Lando Norris, George Russell y el propio Hamilton han tenido que cambiar estrategias debido al sobrecalentamiento. Para este año, Pirelli modificó los compuestos, volviéndose más resistentes, pero aún es incierto si será suficiente.
Una de las soluciones que más suena es celebrar el Gran Premio de noche. Tyler Epp, presidente del GP de Miami, confirmó que están evaluando esta opción. Las temperaturas más bajas no solo aliviarían la degradación de los neumáticos, sino que transformarían completamente el enfoque de la carrera. Como bien resumió Esteban Ocon: “Con 20 grados menos sería muy agradable y fluido” .
Si Miami busca consolidarse como la capital de la fiesta de la F1, la idea de correr bajo las estrellas no solo mejoraría el espectáculo, sino que también podría convertirse en un evento icónico dentro del calendario de la Fórmula 1.
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