Yuki Tsunoda atraviesa una etapa crucial en su carrera tras dar el salto definitivo al equipo principal de Red Bull. Aunque sus primeras tres carreras de la temporada 2025 no han dejado cifras deslumbrantes —solo dos puntos en su haber—, hay matices importantes que no deben pasarse por alto. Tras años de desarrollo en la escudería ‘B’, el japonés finalmente tiene la oportunidad de demostrar que puede estar a la altura de uno de los asientos más exigentes de la parrilla. Sin embargo, la presión es implacable, y los resultados deben llegar pronto si quiere consolidar su permanencia.
Helmut Marko lo definió así: “Positiva, pero también necesita aprender a rendir bajo presión en la Q3”. Y es que, si bien Tsunoda ha evitado caer en la Q1 y ha alcanzado la Q3 en dos ocasiones consecutivas —algo que no lograba ningún piloto del segundo Red Bull en más de medio año—, su rendimiento aún está lejos de la consistencia que se espera en el equipo de Milton Keynes. A su favor, su capacidad de colaborar estratégicamente en pista, como lo hizo al darle rebufo a Max Verstappen para lograr la pole en Arabia Saudita, muestra que entiende su rol. Pero, como bien sabemos, en Red Bull no basta con ser útil: hay que ser contundente.
El contexto también juega a su favor: Liam Lawson, su predecesor, tampoco ha brillado desde su regreso a Racing Bulls, mientras que Isack Hadjar comienza a destacarse en la estructura. Esto podría darle margen, pero no tiempo ilimitado. “Cuanto más calor, mejor para McLaren”, decía Helmut Marko en relación con el desempeño en climas extremos como el de Miami, donde Tsunoda tendrá un nuevo examen en un formato sprint, con menos entrenamientos y más presión directa. El equipo confía en que podrá demostrar su progreso, pero cada Gran Premio sin sumar puntos reduce su margen de maniobra.
Red Bull tiene un historial de decisiones abruptas y cambios de piloto en plena temporada. Sin embargo, dos modificaciones en un mismo año lucen poco probables, por lo que Tsunoda podría beneficiarse de la paciencia táctica del equipo, aunque no por mucho tiempo. Si quiere consolidarse y no ser simplemente una transición más en la eterna búsqueda del “nuevo Verstappen”, necesita transformar los destellos en resultados y las buenas sensaciones en constancia. De lo contrario, la siguiente oportunidad podría no ser suya.
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