En la Fórmula 1 actual, donde cada milésima de segundo cuenta, hay pilotos que brillan por su talento… y otros que intentan llamar la atención por medios más cuestionables. Este es el caso de Liam Lawson, quien parece haber encontrado en Fernando Alonso una figura con la que confrontarse para mantenerse bajo los reflectores.
El piloto neozelandés, tras un paso fugaz por el equipo principal de Red Bull, donde fue ampliamente superado por Max Verstappen y no logró ni siquiera pasar a Q2 con un coche de podio, ha terminado recalando de nuevo en el equipo filial. Su rendimiento no ha mejorado, y ahora incluso Isack Hadjar, con menos experiencia, le supera carrera tras carrera.
En este contexto de presión y falta de resultados, Lawson ha decidido recurrir a una estrategia que ya ha usado antes: provocar a los grandes nombres del paddock.
En 2023, su actitud grosera contra Checo —a quien llegó a hacerle una señal obscena en pista— y una maniobra fuera del reglamento contra Fernando Alonso en el Sprint de Austin ya lo pusieron bajo el foco. En ese momento, Alonso fue claro: “Liam tiene seis carreras para demostrar mucho y seguramente no es el mejor enfoque el que está haciendo. Pero bueno, es su carrera la que está en juego, no la mía”.
Miami: Un nuevo capítulo en la rivalidad
El pasado fin de semana en el Sprint del GP de Miami, Lawson volvió a las andadas. En una acción claramente antideportiva, el neozelandés empujó a Alonso fuera de pista, llevándolo directamente al muro. La acción, que podría haber costado caro al piloto asturiano, solo fue sancionada con una penalización de 5 segundos, una decisión que muchos expertos y aficionados consideran una auténtica burla. La permisividad con Lawson ha levantado suspicacias sobre los criterios de los comisarios de la FIA.
El asturiano, visiblemente molesto, esta vez optó por el silencio. Ni siquiera mencionó a Lawson por su nombre.
Su venganza llegó en la pista: poco después, Alonso adelantó con firmeza y limpieza al neozelandés, dejando claro quién manda en el asfalto.
Lawson, por su parte, intentó suavizar el momento ante la prensa: “No sé, dijo que me jod***, y supongo que cumplió su palabra. Estaba muy enfadado, no sé muy bien por qué. Estábamos compitiendo por la 16ª plaza y no sé por qué estaba tan enfadado. Es lo que hay. Espero que pueda superarlo y sigamos adelante”*, comentó con ironía. Pero luego remató: “Ya sé lo que tengo que hacer cuando me lo encuentre”, dejando abierta la puerta a más enfrentamientos.
Checo lo vio venir claramente
Esta no es la primera vez que Lawson genera conflictos. Ya en el GP de México, embistió a Checo Pérez de manera temeraria. El mexicano no se quedó callado: “Ha decidido pasar como si no hubiera otro coche. Es un chico que está llegando a F1, quizá trae demasiada presión, ganas de tener protagonismo. Si no abre la mente y aprende, seguirá haciendo este tipo de maniobras que quizá le cuesten el contrato el próximo año”. Una predicción que, de momento, va camino de cumplirse.
En un entorno tan competitivo como la Fórmula 1, los errores se pagan caros. Y las estrategias para ganar notoriedad pueden volverse en contra rápidamente. Lawson parece apostar por el camino del choque, literal y figuradamente. Pero el riesgo es alto: mientras otros jóvenes pilotos como Hadjar o Bearman se ganan el respeto con talento y disciplina, él va sumando críticas y enemigos.
¿Se avecina una nueva rivalidad legendaria o solo estamos presenciando la caída de un piloto que no supo gestionar la presión? Lo cierto es que Fernando Alonso no es alguien a quien convenga provocar. Y si Lawson sigue por ese camino, no solo podría ganarse más advertencias en pista, sino también cerrar definitivamente las puertas de su futuro en la F1.
Gracias por acompañarnos en TotalMotor, donde cada curva tiene una historia y cada carrera, una emoción diferente. ¡Nos vemos en la próxima recta!
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