A pesar de que la escudería de Woking domina con contundencia en ritmo de carrera —como quedó claro en su doblete en el GP de Miami—, es el piloto de Red Bull quien se impone con regularidad los sábados.
Hasta ahora, Verstappen ha logrado tres poles en seis grandes premios de 2025, mientras que Piastri y Norris suman solo dos y una, respectivamente. Incluso en circuitos como Suzuka, donde Max salió desde la pole y ganó, o en Miami, donde enfrentó limitaciones técnicas como un motor Honda con más kilometraje, el neerlandés se ha impuesto. Para Christian Horner, esto no es casualidad: “Son esos momentos de gran presión… Max es un maestro en eso”, dijo, destacando su habilidad para rendir al límite con precisión quirúrgica, incluso cuando el coche está, según él, “una o dos décimas por detrás de los McLaren”.
Sin embargo, desde McLaren, Andrea Stella ofrece una visión técnica más profunda. Asegura que el MCL39 tiene potencial superior a una vuelta, pero su comportamiento impredecible lo convierte en un desafío para los pilotos. “Es un coche que no te da mucha entrada… no es fácil para nuestros pilotos repetir grandes actuaciones en clasificación”, confesó el director del equipo papaya. Esta falta de “feedback” en el eje delantero genera incertidumbre en curvas clave, como le ocurrió a Piastri en la curva 1 de Miami, lo que impide que ambos pilotos puedan explotar el monoplaza al 100 % de forma consistente.
Stella también lanzó una crítica a Red Bull, señalando que además de su capacidad técnica y talento en pista, dominan a la perfección el juego psicológico: “Son extremadamente buenos también creando la narrativa a su favor… leemos de vez en cuando y luego cambiamos de página”. Con estas declaraciones, el italiano desmiente que el dominio clasificatorio de Max sea solo mérito del piloto, y lo atribuye a la manera en que Red Bull controla el relato público, haciendo parecer que sus poles son milagrosas, cuando en realidad los McLaren simplemente no han rendido de forma óptima los sábados.
El debate va más allá de los tiempos en pista: plantea una cuestión filosófica sobre qué define al mejor coche. ¿Es el que tiene mayor potencial absoluto o el que permite a sus pilotos extraer ese rendimiento con consistencia? “Oscar hizo un comentario… no estoy seguro exactamente de cómo la hice, porque el coche no me dio una gran sensación”, reveló Stella sobre el sentimiento de inseguridad que genera el MCL39 cuando se lo lleva al límite. McLaren sabe que tiene que evolucionar, y por eso trabajan en ajustes para que el monoplaza sea más intuitivo y predecible en clasificación.
A medida que la F1 entra en la temporada europea, con circuitos más técnicos y exigentes, y con el endurecimiento de las pruebas de flexión de los alerones delanteros por parte de la FIA, la verdadera batalla por las poles puede vivir un giro radical. ¿Será McLaren capaz de convertir su superioridad técnica en dominio total los sábados? ¿O seguirá Verstappen imponiéndose con sangre fría, precisión y una narrativa bien construida? Pase lo que pase, la lucha por la clasificación en 2025 está más encendida que nunca.
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