Sergio “Checo” Pérez, piloto de Red Bull Racing, sufrió un golpe duro en el Gran Premio de Qatar al quedar fuera de competencia tras un trompo que lo obligó a abandonar la carrera mientras luchaba por mantenerse dentro del top 5. En una jornada donde buscaba puntos cruciales tanto para su equipo como para su propio desempeño, el piloto mexicano enfrentó un desenlace inesperado que marcó otro episodio complicado en su temporada.
El inicio de la carrera parecía prometedor para Pérez, quien logró un buen avance desde la salida, ganando dos posiciones para ubicarse séptimo detrás de Carlos Sainz. Con estrategia y constancia, aprovechó problemas en los pits de rivales clave como Sainz y George Russell, lo que le permitió subir hasta la quinta posición. Sin embargo, la suerte comenzó a cambiar cuando el coche de seguridad fue desplegado tras varios pinchazos en neumáticos provocados por restos de una pieza en la recta principal. Este periodo de neutralización sería el preludio de su desafortunado final.
En la vuelta 40, cuando la carrera estaba a punto de reiniciarse tras el safety car, Pérez sufrió un trompo inesperado al perder el control de la parte trasera de su monoplaza. Aunque intentó regresar a pista, el incidente fue irreversible y terminó con su retiro definitivo, dejando escapar puntos clave que Red Bull esperaba sumar en su lucha por el campeonato de constructores. Control de carrera anunció posteriormente que investigaría una posible maniobra peligrosa al intentar reincorporarse, aunque el foco principal quedó en el abandono del mexicano.
Este episodio añade presión al desempeño de Checo en un momento crucial de la temporada, donde cada punto cuenta para cerrar el año de manera sólida. Para el equipo y los aficionados, la expectativa sigue siendo que el piloto pueda revertir la situación en las próximas carreras.
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