¡Bienvenidos, fanáticos del automovilismo! 🏁 En TotalMotor siempre estamos al tanto de las controversias y sorpresas que nos ofrece la Fórmula 1, y esta semana no ha sido la excepción. La FIA ha tomado cartas en el asunto ante sospechas de que algunos equipos podrían estar alterando la altura de la quilla delantera de sus monoplazas entre la clasificación y la carrera, lo que ha añadido un giro inesperado en la lucha por el campeonato.
Aunque la intención de la FIA es detener esta práctica, es probable que el tema no se resuelva de inmediato. Algunas escuderías, en privado, se preguntan si ya hubo quien se salió con la suya. Por ahora, no hay pruebas concretas de que alguien haya infringido las normas, y la FIA ha sido clara al declarar que no han “recibido ningún indicio de que ningún equipo emplee un sistema de este tipo”. Una escudería, en el centro de las sospechas, también negó tener un dispositivo para ajustar la altura.
Sin embargo, si durante el Gran Premio de Estados Unidos se nota un cambio significativo en el rendimiento de los equipos, es posible que las sospechas aumenten. En un deporte donde la altura del monoplaza es crucial para el rendimiento, la posibilidad de hacer ajustes entre el sábado y el domingo podría otorgar una gran ventaja.
Las ventajas potenciales de ajustar la quilla son muchas: mejorar el rendimiento al manejar los cambios en el peso del auto entre clasificación y carrera, optimizar la plataforma aerodinámica y mantener los neumáticos en su ventana operativa ideal. Sin embargo, si los equipos no pueden hacer estas modificaciones, deberán encontrar un compromiso para que el monoplaza funcione en ambas situaciones, sin arriesgar la integridad del vehículo.
Si este fin de semana vemos cambios inesperados en el rendimiento de los equipos, la presión sobre la FIA para investigar más a fondo podría aumentar. Aunque es posible que se pidan medidas retrospectivas, la falta de pruebas podría ser un obstáculo para sancionar a los infractores.
La FIA está considerando cambios en sus procedimientos, como precintar los dispositivos que ajustan la quilla para asegurar que los reglajes se mantengan fijos en todo momento. Aún así, las investigaciones podrían recordar viejos incidentes, como el de Benetton en 1994, donde se sospechaba el uso de control de tracción ilegal, pero no se encontraron pruebas concluyentes.
Una fuente de la F1 compara la situación actual con ese episodio, ya que tener un dispositivo para cambiar la altura de la quilla no es suficiente para probar que se han violado las reglas. Se necesitarían pruebas claras de que esos cambios ocurrieron en condiciones de parque cerrado, algo que parece casi imposible de demostrar.
Por ahora, la FIA asegura que “se mantiene vigilante” para garantizar que los equipos cumplan con el reglamento, pero si el Gran Premio en Austin de este fin de semana presenta alguna sorpresa, la presión por investigar podría aumentar.
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