¡Bienvenidos a TotalMotor, tu fuente confiable de noticias del automovilismo! Hoy analizamos en profundidad uno de los momentos más comentados del GP de Emilia-Romaña 2025: la oportunidad perdida de McLaren. Lo que prometía ser otro 1-2 para los de Woking terminó en decepción, cortesía de un Red Bull implacable y una estrategia que no estuvo a la altura.
Desde los entrenamientos libres del viernes, todo apuntaba a un dominio absoluto de McLaren. El MCL39 se mostró superior tanto en clasificación como en ritmo de carrera, mientras que el RB21 luchaba con su habitual falta de puesta a punto. Sin embargo, ese guion se desmoronó en cuanto se apagaron las luces del semáforo.
Max Verstappen ejecutó una primera vuelta impecable, adelantando a Piastri por el exterior en Tamburello y tomando el control estratégico de la carrera. Desde ese momento, Red Bull dictó el ritmo y explotó cada debilidad de McLaren, en especial su histórica dificultad para gestionar el graining en neumáticos delanteros.
Durante las vueltas 3 a 9, Piastri logró mantener un ritmo cercano al de Verstappen, pero a partir de la vuelta 10 su rendimiento cayó en picada.
“Creo que Oscar obviamente ha apretado bastante al principio y se podía ver que empezaba a tener algo de graining en el neumático delantero derecho”, explicó Christian Horner, jefe de Red Bull.
Las condiciones de pista también jugaron en contra. Con temperaturas cercanas a los 45°C, cualquier esfuerzo prematuro sobre los neumáticos se traducía en pérdida de adherencia. Según Mercedes, incluso tras la parada, los neumáticos aún tenían un 70% de banda de rodadura, lo que confirma que fue un problema térmico más que de desgaste real.
Esto llevó a McLaren a tomar una decisión apresurada: cambiar a una estrategia de dos paradas, con la esperanza de recuperar tiempo más adelante. Pero ese cambio resultó fatal en un circuito como Imola, con uno de los pit lanes más largos del calendario (28 segundos por parada) y escasas zonas de adelantamiento.
Antes del VSC provocado por la parada de Esteban Ocon, Piastri tuvo que superar a siete coches, y cada maniobra restaba segundos valiosos. Para entonces, Verstappen ya tenía asegurada su posición.
“De alguna manera, en el primer stint, si pasaste por una fase en la que parecía que los neumáticos se degradaban muy rápido, en realidad todavía tenían algo que ofrecer. Por eso Lando, Max y otros pilotos optaron por una estrategia a una sola parada”, confirmó Andrea Stella, director de McLaren.
La lectura estratégica fue el punto crítico. McLaren reaccionó más que planificó, no porque alguien los obligara desde la pista, sino por el temor a una pérdida de ritmo inminente. Esto les costó caro. Además, Norris, más atrás en la parrilla, no pudo ofrecer resistencia táctica a Red Bull.
Mientras tanto, Red Bull, lejos de confiarse, mantuvo un enfoque medido, sabiendo que aún tienen áreas por mejorar, especialmente en circuitos futuros con curvas de alta velocidad.
“Si miras los mapas aerodinámicos en Miami y aquí, son muy diferentes. Fuimos competitivos en Bahréin, China y Miami. Pero en curvas rápidas no tenemos ninguna ventaja en particular. Además, Red Bull ha mejorado el coche”, agregó Stella.
En conclusión: Imola fue una carrera que McLaren tenía al alcance de la mano, pero entre decisiones impulsivas, graining mal gestionado y una estrategia inefectiva, Red Bull logró capitalizar cada error y llevarse una victoria estratégica que parecía improbable tras el viernes.
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