McLaren ha logrado lo que parecía imposible hace apenas un año: pasar de ser un equipo irregular a una fuerza dominante. En 2024, su impulso arrancó con la actualización del MCL38 en el GP de Miami, que llevó a Lando Norris a su primera victoria. Pero cuando todo apuntaba a un cierre de temporada histórico, los errores estratégicos, las paradas lentas y las tensiones internas dejaron escapar el campeonato de pilotos. El título de constructores fue una gran victoria, sí, pero dejó un sabor agridulce.
Ya en 2025, McLaren se encuentra en una posición privilegiada: lideran cómodamente en constructores y sus dos pilotos, Norris y Oscar Piastri, encabezan el campeonato de pilotos. Aun así, este escenario idílico puede tornarse en caos si no toman decisiones claras. Como recordó Norris en Hungría, cuando le pidieron que no atacara a Piastri: “La forma de ganar un campeonato no es por uno mismo, es con el equipo”. Esta frase resume el dilema que enfrenta McLaren: seguir permitiendo una lucha libre entre sus pilotos o apostar estratégicamente por uno para maximizar sus posibilidades de doblete.
Zak Brown, CEO de McLaren, mantiene su postura: “Siempre digo que son libres de correr”. Y aunque esa filosofía ha fomentado una competencia sana, la F1 no perdona: los puntos perdidos por no priorizar a uno de los dos podrían ser decisivos, sobre todo con Max Verstappen y un resurgente Mercedes al acecho. En palabras del propio Andrea Stella, director del equipo: “Se avecina una situación interesante”. Y todo apunta a que esa tensión crecerá conforme avance la temporada.
El recuerdo de 2024 está fresco. En Canadá, un error estratégico privó a Norris de una victoria casi segura. En Silverstone, las decisiones del equipo lo dejaron en tercera posición. Y en Hungría, la indecisión sobre las órdenes de equipo abrió un debate interno que se escuchó por la radio global de la F1. ¿Podría repetirse esto en 2025? Si el equipo no actúa a tiempo, el riesgo es real. “Estamos intentando repetir lo de 2007”, bromeó Piastri tras el GP de Miami, recordando la icónica pero conflictiva rivalidad entre Alonso y Hamilton.
Pero esta vez, McLaren tiene todo para escribir una historia distinta: dos pilotos jóvenes, talentosos y respetuosos, un coche ganador y una estructura sólida. La gran pregunta es: ¿tendrán la madurez de tomar decisiones impopulares en el momento justo? Porque si Norris y Piastri llegan a cruzarse en una lucha directa en pista, una colisión o un resultado comprometido podría echar por tierra meses de esfuerzo y preparación.
En la F1, cada décima de segundo cuenta. Cada punto vale oro. Y McLaren tiene ante sí una oportunidad que no puede dejar escapar. Si realmente quieren cerrar 2025 como campeones del mundo en ambas categorías, tendrán que aprender de su pasado… y actuar con precisión milimétrica.
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