El Gran Premio de China fue un golpe de realidad para Red Bull Racing, dejando en evidencia los problemas de su monoplaza RB21. Mientras que en Australia el talento de Max Verstappen permitió maquillar algunas carencias del coche, en Shanghái quedó claro que McLaren, Ferrari y Mercedes han recortado distancias e incluso superado al equipo campeón. La carrera de Verstappen fue una montaña rusa de rendimiento: tras caer posiciones en la salida, sufrió con la degradación de los neumáticos medios, perdiendo casi un segundo por vuelta frente a los McLaren. Sin embargo, con los neumáticos duros y menos combustible en la segunda mitad de la carrera, el neerlandés mostró un ritmo competitivo que les da un rayo de esperanza de cara a las siguientes carreras.
El bajo rendimiento de Liam Lawson, quien reemplaza temporalmente a Sergio Pérez, también ha generado dudas dentro del equipo. El joven piloto neozelandés ha tenido dificultades para adaptarse al RB21, lo que ha avivado los rumores de un posible cambio en la alineación antes del Gran Premio de Japón. Pero más allá de Lawson, el verdadero problema parece ser un monoplaza inconsistente, con una falta de equilibrio entre el eje delantero y trasero, afectando tanto la conducción como la degradación de los neumáticos. Incluso Verstappen, acostumbrado a llevar al límite cualquier coche, no ocultó su frustración al describir el RB21 como el “cuarto coche más rápido” de la parrilla.
Plan de acción: No hay tiempo para lamentos en Red Bull
A pesar de las preocupaciones, el equipo no tira la toalla. Helmut Marko confirmó que Verstappen viajará esta semana a la sede de Red Bull en Milton Keynes para reunirse con los ingenieros y analizar a fondo los problemas del RB21. “Max estará en la fábrica la próxima semana, y discutiremos con los ingenieros dónde están los puntos débiles desde su punto de vista. Luego, tenemos que intentar solucionarlo o mejorar el coche lo antes posible”, declaró Marko.
Por su parte, Christian Horner, jefe del equipo, mantiene la calma y confía en la capacidad de Red Bull para revertir la situación. “Especialmente en el último tercio de la carrera, Max tuvo sensaciones con el coche, el agarre cobró vida, el coche cobró vida. Sabemos que tenemos que mejorar, pero tenemos las herramientas y la gente para hacerlo”, explicó Horner. Aunque McLaren ha sido el equipo más fuerte en las dos primeras carreras, la temporada es larga, y en Red Bull están decididos a recuperar el terreno perdido antes de que sea demasiado tarde.
Con 22 carreras aún por disputarse, el equipo energético no ve razones para cambiar su enfoque a 2026 antes de tiempo. Horner lo dejó claro: “No se puede ser tan derrotista. Estamos a ocho puntos en el campeonato de pilotos después de dos carreras, y todo está por decidir”. Ahora, la clave para Red Bull será acertar con las actualizaciones del monoplaza en los próximos Grandes Premios y encontrar la manera de devolverle a Verstappen un coche competitivo antes de que la brecha con McLaren y Ferrari se haga demasiado grande.
¿Podrá Red Bull recuperarse y mantener su dominio en la Fórmula 1?
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