El Gran Premio de Las Vegas ha puesto a Red Bull Racing en una posición inusual de desventaja debido a problemas con el alerón trasero de sus monoplazas. El equipo eligió una configuración que genera demasiada resistencia, afectando la velocidad en recta, un aspecto clave en este circuito urbano de alta velocidad.
Max Verstappen y Sergio Pérez tuvieron dificultades significativas durante las sesiones del jueves. Verstappen terminó en el puesto 17, mientras que “Checo” cerró en el 19º lugar, muy por detrás de los Mercedes y McLaren, que les aventajaron en velocidad punta por hasta 7 km/h. Según Helmut Marko, asesor de Red Bull, el equipo no cuenta con un alerón trasero alternativo de baja resistencia, lo que los deja con pocas opciones para mejorar este aspecto clave.
“No tenemos otro alerón trasero, un alerón trasero más pequeño, como vemos en nuestros competidores. Sería más útil, seguro”, explicó Marko, descartando la posibilidad de recibir una pieza desde la fábrica en Milton Keynes durante la noche.
Además del alerón, la degradación de los neumáticos traseros y la falta de regularidad en las tandas largas complican aún más la situación. Marko admitió que hay margen para mejorar en el ritmo a una sola vuelta, pero destacó la necesidad urgente de encontrar equilibrio en el rendimiento del coche para la carrera.
“A una sola vuelta podemos mejorar. Pero en tanda larga, el desgaste de los neumáticos es un problema en este momento”, comentó, aunque mantuvo una actitud optimista sobre la posibilidad de un progreso significativo.
A pesar de los desafíos, Red Bull sigue confiando en dar un paso adelante y demostrar su fortaleza en carrera, especialmente en un fin de semana donde Verstappen podría sellar otro hito importante en su carrera.
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