George Russell no se guardó nada tras terminar séptimo en Imola y ver cómo su compañero Andrea Kimi Antonelli tuvo que abandonar. El británico fue muy claro: “No, definitivamente no tuvimos mala suerte, simplemente fuimos muy lentos”.
Russell destacó que el calor sigue siendo un gran enemigo para Mercedes: “Las tendencias son bastante claras, cuando hace calor somos lentos, cuando hace frío somos rápidos, y eso fue lo mismo el año pasado”. A pesar de varios intentos con la puesta a punto, el problema persiste porque, según él, “hay algo más fundamental en el coche”.
Russell explicó que durante la vuelta de reconocimiento ya percibió que algo no funcionaba y alertó a su equipo, aunque no lograron encontrar la causa exacta. “Fue muy extraño. Quiero decir que en las vueltas a la parrilla informé de problemas con el coche y pensé que algo iba mal. El equipo echó un buen vistazo y no vio nada, y esa sensación continuó durante las 60 vueltas siguientes”.
Además, añadió que tienen un problema crónico con el sobrecalentamiento de los neumáticos, alternando entre delanteros y traseros, pero que el calor solo agrava la situación: “Tenemos un (problema) un poco fundamental, porque o se sobrecalientan los (neumáticos) delanteros o se sobrecalientan los traseros, circuito a circuito”.
Russell concluyó reflexionando sobre cómo sus rivales parecen superar mejor estas condiciones: “Probablemente fue la primera vez en la que todos nuestros rivales probablemente tuvieron una carrera semi-decente”. Sin duda, Mercedes tendrá mucho trabajo para volver a la cima.
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